jueves, 14 de mayo de 2009

Efecto invernadero.


Te perdiste en un bosque
y yo no pude si no mirar
o más bien dejar de mirar
sin hacer nada.

Los árboles comenzaron a morir
y yo no pude si no mirar.

El cielo se llenó de peste
comenzó a oscurecerse.

En el río flotaban peces
y yo no pude si no mirar.

Esperar un veloz ocaso
que todo fuera pesadilla
el mundo estaba muriendo
quizás, de personas como yo.

1 comentario:

CATULO dijo...

Es una verdad dolorosa la que narras en el poema, el silencio es a veces mortal.
Gracias por seguir nuestro blog El sexo no cae.
Un abrazo