jueves, 18 de junio de 2009


Quizo consolarme con la paz de cristo
conociendo mi desprecio por esa paz
de clavos en las muñecas
de lanza en mi costado
esa paz sedienta de muerte
de sepulcros vacíos
con grandes bocas cerradas

Esa paz tortuosa de agonía
de resucitar cada tres días
sólo para volver a sufrir bajo el azote
para morir infinidad de muertes
Y cuando el silencio?
Y cuando...?

6 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Mmmm...a pesar de todo, intuyo que es el mejor consuelo que nos merecemos.
Interesante blog y poética.
Nos leemos.

Saludos...

Marta Mondrian dijo...

En realidad intuyo todo lo contrario... Gracias por comentar.
Saludos.

Edgar Pou, ratá pypore dijo...

hey Juanita, cómo estás mitakuña?
te envié un mail, a ver si me respondes si te copa.
Quisiera despertar en una de esas calles frías en la medianoche de tu prosa pero con un buen paquete de hongos bajo el brazo..dont you?

Marta Mondrian dijo...

Mmm... Hongos, la ultima vez que los comí fue algo mágico, una subida a un cerro y todo el horizonte para nosotros.

Cordelia dijo...

Sí, muertes, clavos, heridas, sangre, paz, sepulcro vacío, etc.
Después resurrección.
Y cuando se fué: Luz.
Interesante ¿No?

Besos llenos de paz (esa paz)

Venuza dijo...

hola gioviii.... me entero que tenes blog... jaja copado leerte loca, pasate por el mio pues! te sigo leyendo...

hongos... ñam!

Besos