viernes, 13 de febrero de 2009

Mvd-12-02-09



El ángel exterminador se acerca con su espada de fuego,
de sonrisa hermosa y fatal
con una sola mirada de hielo despedaza el alma de los condenados.

Si esta aburrido tímidamente tortura con las yemas de sus dedos,
se extiende como la sombra de una nube sobre ciudades prohibidas,
la noche de su canto endulza mis malos sueños.

Polillas destrozando mi carne en harapos,
crueles heraldos del fin de mis insomnios
¿Quién me rescatará de la ira de sus besos?

Serpientes se escurren por mis brazos y piernas,
me envuelve la llama oscura del placer,
del venenoso placer.

Yacía inocente en mis aposentos cuando sentí el azote de su boca
dejando peces rojos que rezumaban amargas lágrimas por mis poros,
el más profundo néctar del sufrimiento.

Atada sin cuerdas a la cama,
sin otra voluntad que la de sufrir con propiedad...

Con el grito,
estaca en mi cuello,
hendido en mi garganta desfalleciente.

Su cruel estandarte signado en mi brazo izquierdo
advirtiendo su próxima visita,
su siempre próxima visita.

Cuando el terror venga montado en su barco de luna
con el ardiente tormento como obsequio,
con el delirio consumiendo dulcemente mi cerebro.

3 comentarios:

Lennia dijo...

reitero que me siento acompañada...jeje...suerte!

Marta Mondrian dijo...

Gracias niña, yo tampoco volvere a estar sola...jejeje...

Lennia dijo...

Bien venida al sub-neo-mundo...ja