jueves, 3 de diciembre de 2009

no confies en la chica de la fuente
sólo bebe agua salada
su amor, un niño naufrágo
rodeando por tiburones

entre sus labios se escapa una plegaria:
quién desahucio mi alma
la monto en un tren rumbo a Treblinka,
Chechenia, el Congo...
para verla morir infinidad de muertes.

soñe la huída, el grito inaudible
y todo mi rostro era grito y los colores
la tristeza, sangre que manaba de la tierra y
los árboles...

el temor era lobo solitario
cojeando en penumbras
su corazón un parque abandonado
los niños crecieron
olvidaron el placer del juego.

2 comentarios:

Lennia dijo...

como te había dicho, me gustaaaa!!

Marta Mondrian dijo...

Gracias niña... A veces pega recibir retroalimentación!