viernes, 21 de noviembre de 2008

As-20-11-08

He desperdiciado cien mil lágrimas por la muerte de mi niña
mientras mi espíritu se desperdigaba por las 30 esquinas de éste y del universo paralelo
despeñar hacia la deseperación silente de los vicios
precipitarme a la huida frente a sus ojos fijos
no parpadean
ya no desesperan

He absorvido la vida
y la niña no mira
no siente su sangre correr en mis venas

He humanizado la nada embotellándola en mi carne
soy el germen a manos llenas de abyecciones por venir
a los siete murió sola y olvidada
solo el dolor del parto...y el deceso diario

Y la estridencia de la culpa ensordece
ruego que el tiempo se apiade de mí
que la sal de mis heridas lave aquellas partes impuras

Tenía, entonces, catorce
cuando decidí sacarme la vida
cuando destape el frasco y deje a la nada en libertad
libertad de apoderarse de mí

No me permití la indulgencia de continuar respirando un aire que no es mío...
y mi mente es el eco de mis días
desde aquel instante contemplo mi acabamiento como una cinta atascada
dentro de misteriosos mecanismos sin sustancia


Hans Bellmer

2 comentarios:

Dylan Forrester dijo...

Interesante poética.
Persevera.

Saludos...

Mila dijo...

Muy inteligente!
Comence un blog aceptariacon gusto tus sugerencias o donaciones
abrazos
Milita