
Hay una canción
Que sube con el vuelo de los pájaros
Que brilla entre las nubes del firmamento
Que como marcha fúnebre destila el último suspiro de la flor
Inquietante
Acaricia los pálidos labios de la incertidumbre
Le arranca el lustre a crispadas alitas de mariposas
Reposa entre la cándidez de mis senos en flor
Y el blanco
Donde las palabras sobran
Da igual pensar en italiano porque de todas formas sera incomprensible
Entonces las sombras parecen más hirientes alrededor de tanta luz
Y nos invaden mariposas amarillas
Pequeños soles de algodón.